Para ilustrar el broche final de este PDP ELE que tanto he disfrutado en verano, he decidido realizar una infografía que me permitiera reflejar esa idea de conexión entre contenidos dispares con la del descubrimiento y la alegría de aprender, sin dejar a un lado la imagen veraniega que me ha permitido alumbrar aún más el período estival.
Sin duda, el aspecto central que quería destacar era precisamente el descubrimiento, no tanto de contenido novedoso sino más bien de las nuevas relaciones de ideas a las que he podido llegar al final de este curso.
Y ha sido desde esta nueva perspectiva conectada desde la que he vislumbrado nuevos retos pero también aún más motivación para seguir la senda de la docencia en el ámbito de los idiomas.
Cada uno de los capítulos me ha aportado un buen grado de conocimiento y me ha permitido ampliar y mejorar ideas que ya había manejado previamente, acompañado de una reflexión profunda que honestamente me ha permitido valorar aún más los entresijos de la profesión.
Hay una constante general a lo largo del curso que me gustaría reseñar por lo importante que me ha resultado a la hora de mantener y perseverar en la realización del mismo, y es el componente interdisciplinar presente desde el comienzo.
En cuanto a aspectos prácticos que me han parecido personalmente relevantes, destacaría el contenido presentado por Juan Manuel Real Espinosa para la enseñanza del subjuntivo, la didáctica de la imaginación de la mano de Sonia Betancort y la parte de musicalidad y ritmo en el aprendizaje de ELE de M. Carmen Fonseca-Mora.
Por otro lado, hay temáticas que me han provocado la necesidad de profundizar en ellas, por resultarme de especial interés. Destacaría la charla de Juana Liceras sobre la hipótesis de la Interlengua, la de Javier Ávila y su perspectiva multisensorial de reflexión metalingüística y la aportación de Chema Rodríguez con el Blended learning.
Pero si tuviera que quedarme con un momento importante durante el curso, sin duda me quedo con “Lo narrativo en pedagogía“ de María Acaso, por su visión de la enseñanza como una provocación, porque es imposible para mí desde entonces desligar la parte lúdica del proceso de aprendizaje-enseñanza; y esto deja huella, porque si descubres que hay un elemento placentero en la profesión del docente que incita a la participación e incluso a la micro-acción política, supone una visión global difícilmente rechazable.